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Juan Gelman y su carta al presidente:
"El único legado que me dejó mi hijo
asesinado fue encontrar al suyo"

 

EN PERSPECTIVA
Martes 12.10.99, hora 08.35.
 

EMILIANO COTELO:
Este fin de semana se difundió, tanto en Uruguay como en Argentina, una carta abierta del poeta Juan Gelman al presidente de la República, Julio María Sanguinetti, en la que revela que en mayo pasado solicitó la colaboración del mandatario para localizar el paradero de su nuera y de su nieto o nieta -a quien nunca conoció-, ambos desaparecidos en Uruguay durante los años de la dictadura militar. En la misiva el escritor contó, además, que en esa primera instancia le proporcionó al secretario de la Presidencia, Elías Bluth, los detalles que, por su cuenta, logró averiguar de ese caso, incluyendo los nombres de los militares aparentemente implicados. También destacó que Bluth le confió el sumo interés de Sanguinetti en hacer todo lo posible para investigar el caso, y que lo mantendría informado al respecto. Hasta ahora, Gelman no ha obtenido ninguna respuesta. 
 

DAINA RODRIGUEZ:
Gelman nació en Buenos Aires en 1930. Su primer libro, "Violín y otras cuestiones", de 1956, recibió inmediatamente el elogio de la crítica. Seguramente, la mayoría de los oyentes lo recordarán por "Gotán", una obra de 1962, con la que encontró la manera de potenciar lo popular en la poesía. En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía. Su obra ha sido traducida a diez idiomas.

Militó en el movimiento "Montoneros", y renunció a él por diferencias con su conducción. La dictadura militar argentina le obligó a permanecer en el exilio durante 14 años. Actualmente reside en México, y escribe regularmente en el diario Página 12 de Argentina.
 

EC - Agradecemos a Gelman que nos atienda desde México. Es muy temprano allá, ¿no?

 
 

Comunicado
de Madres y
Familiares
de Uruguayos
Detenidos-
Desaparecidos
sobre el reclamo
de Juan Gelman
 
 

Desaparecidos

JUAN GELMAN:
Sí, son pasadas las 6.30, pero soy yo quien quiere agradecer la oportunidad de ponerme en contacto con una vasta audiencia del pueblo uruguayo.
 

EC - El secuestro de su único hijo y el de su nuera embarazada; el asesinato de su hijo, la desaparición de su nuera y de su nieto recién nacido, fueron hechos ocurridos a fines de 1976, hace 23 años. ¿Por qué usted y su esposa deciden solicitar una audiencia con el presidente Sanguinetti ahora, a mediados del 99?
 

JG - A partir de cierto momento resolvimos que el mejor modo de dar con el bebé, con el entonces bebé, era seguir el destino de María Claudia. Partimos de una oscuridad absoluta, hasta que distintos testimonios -que culminaron a principios de este año- nos dieron la certeza de lo que afirmo en esa carta.

Solicité la ayuda del gobierno uruguayo, porque me pareció que el jefe de la nación, a quien están subordinadas las fuerzas armadas, es en el Uruguay quien más calificado está para determinar esto que a nosotros nos preocupa.
 

EC - Hay que entender entonces que, en esa investigación que usted y su esposa desarrollaron por su propia cuenta, han obtenido información nueva en forma relativamente reciente.
 

JG - Sí: hemos obtenido toda la información que expuse en la minuta que el doctor Bluth nos pidió, y que presentó al presidente Sanguinetti, en estos últimos dos años.
 

EC - ¿De qué manera desarrollaron esa indagatoria?
 

JG - Preguntando, leyendo libros, leyendo otras investigaciones, y preguntando a testigos o personas cercanas a los hechos.
 

EC - ¿Usted pudo verificar que su nuera efectivamente dio a luz en el Hospital Militar de Montevideo?
 

JG - Hay testimonios en ese sentido.
 

EC - ¿Quedó algún registro de ese nacimiento?
 
 
 
 
"Los familiares conocen una parte de la verdad, que es la desaparición de sus seres queridos. La otra parte la conocen los protagonistas de esa época. Conservar el monopolio sobre ese sabe es prolongar la tortura"

JG - Eso no sabría decirlo: no tengo acceso a los registros del Hospital Militar. Es interesante su pregunta, porque tal vez, si se me permitiera ese acceso, sería más fácil encontrar el destino de mi nieta o nieto.
 

EC - Y con respecto a lo que ocurrió con su nuera en el local del Side, en especial el episodio que usted relata en la carta, la salida de ese lugar a fines de diciembre de 1976, acompañada de su nieto, con rumbo desconocido, ¿de qué manera obtuvo estos datos?
 

JG - También hay un testimonio al respecto. Que no es nuevo, por otra parte: es del año 1985.
 

EC - Claro: del regreso a la democracia en el Uruguay.
 

JG - Exactamente.
 

DR - Usted publicó, en abril de 1999, una carta abierta al general Martín Balza, en la que acusaba al entonces comandante del II Cuerpo del Ejército, general Eduardo Cabanillas, por el robo de este bebé, su nieto o nieta. Después Cabanillas fue pasado a retiro, según Clarín a causa de sus denuncias. ¿Cómo llegó a esta certeza de identificar a esa persona como el responsable del robo del bebé?
 
 
 
"Hay madres y padres que no han cambiado de lugar un solo mueble, ni un solo objeto, nada de la ropa, de la habitación de sus hijos, porque siguen esperando"

JG - En primer lugar, quiero señalar que lo califiqué de responsable mediato del robo del bebé, así como de la desaparición de mi nuera y de mi hijo. En (el centro clandestino de reclusión) Orletti existía una cadena de mandos militar que dependía de la Secretaría de Información del Estado, la Side, y a sus órdenes estaba un grupo que no puedo menos que calificar de banda, dirigida por un tal Aníbal Gordon, que aparte de secuestrar gente, matarla, etcétera, se dedicaba a los secuestros extorsivos. Este señor Aníbal Gordon, efectivamente, tuvo más de un proceso y terminó preso por esas razones ya en democracia.

Pero antes Cotelo me preguntaba cómo realizamos esta investigación. Debo decir, porque hace al caso, que si bien lo hicimos al margen de cualquier tipo de institución u organismo, contamos con la ayuda desinteresada y a veces espontánea de gente que conocemos y de gente que ni siquiera conocemos. Nos enteramos de cómo era la cadena de mandos en Orletti porque una persona, a la que no conocemos, nos hizo llegar un sumario militar que se inició en 1977, justamente a raíz de un secuestro extorsivo que llevó a cabo Gordon y su banda.

Esto se realizó en la provincia de Córdoba, hubo una investigación que inició el propio Ejército, debido a la denuncia de la hoy viuda del entonces secuestrado, quien tenía buenas relaciones con el general Camps. Es decir que ahí hubo una especie de movimiento interior por el cual se logró que todo esto se diera a luz. O relativamente a luz, porque el sumario militar, luego, era secreto. En ese sumario, por las declaraciones del propio entonces capitán Cabanillas, surge que él era el segundo jefe de Orletti. Eso surgió de sus propias declaraciones, y de declaraciones de otros jefes militares que actuaron en la Side en aquel entonces, como el teniente coronel Nieto Moreno y de agentes civiles de la Side como el señor Rufo.
 

EC - Esta responsabilidad que usted adjudica al general Eduardo Cabanillas, entre otros, es a propósito del secuestro de su nuera en Buenos Aires, no de lo que pasó después de que fue sacada del local del SID aquí, en Montevideo.
 

JG - Efectivamente, porque ahí este hombre ya no tenía jurisdicción.
 

EC - Y no tiene más datos de lo que pasó después de aquel día de diciembre del 76, en el que su nuera y su bebé fueron sacados del local de Bulevar Artigas y Palmar.
 

JG - No los tengo, y justamente por eso recurrí al presidente Sanguinetti, ya que él dispone de todos los medios necesarios como para hacer una rápida investigación acerca de lo que ocurrió después. Como en mi carta digo, el entonces teniente coronel Rodríguez Buratti y el ex capitán José Arab deben saber perfectamente adónde llevaron a mi nuera y a su bebé.
 

EC - La reunión que usted tuvo con el secretario de la Presidencia, doctor Elías Bluth, fue para usted medianamente auspiciosa.
 

JG - Yo supongo que sí... Como el doctor Bluth se comprometió a entregar una minuta al presidente, que nos pidió que redactáramos, y luego me llamó por teléfono para informarme de la reacción sensibilizada del doctor Sanguinetti al conocer el caso, supongo que sí. Supongo que sí.

De todos modos, pedimos la entrevista por razones perfectamente humanas. Supongo que todo aquel a quien le han desaparecido una nieta o nieto lo quiere encontrar.
 

EC - ¿De qué manera, durante la conversación que tuvo con el doctor Bluth, estuvo en juego el artículo 4º de la "Ley de Caducidad"?
 

JG - El doctor Bluth mencionó la existencia de la "Ley de Caducidad", y también dijo lo que reseño en mi carta: que tanto él como el presidente habían decidido instalar un escudo contra toda revisión del pasado, dijo también que comprendía el caso porque era un europeo que había padecido la persecución nazi, que tanto él como el presidente habían participado de la resistencia contra la dictadura uruguaya, y que en eso se habían jugado el pellejo más de una vez, aunque hubieran desechado la resistencia de tipo armado. Añadió que, de todos modos, el caso escapaba a las normas de ese "escudo".

Y reitero que a lo único a que se comprometía era a hablar con el presidente, para ver si él encontraba un camino. En esencia, esto fue lo que nos dijo; nos pidió un resumen escrito, dio la orden a una secretaria para que recibiera el sobre -marcado "Personal y confidencial"- y nos pidió reserva sobre el caso. También, como al parecer una de sus funciones fue estar en relación con militares de esa época, nos habló largamente acerca de las categorías que ellos mismos establecían entre sí: quiénes habían torturado "lo necesario", quiénes no... en fin: otras categorías.
 

EC - ¿Hay que entender que desde la Presidencia se iba a intentar averiguar al amparo de lo que el artículo 4º de la "Ley de Caducidad" habilitó en su momento, que era indagar el paradero de menores desaparecidos?
 
 
 
Mi nieto desaparecido "tiene derecho a su historia, como mi hijo tiene derecho a la suya, y como yo tengo derecho a la mía"

JG - Pienso que tal vez el doctor Bluth puede responderla mejor esa pregunta. Nosotros no planteamos esto en el terreno jurídico sino en el terreno simplemente humano.

Cuando el doctor Bluth me llama el 3 de junio y me dice que el presidente se había sensibilizado mucho ante esta situación, y que iba a hacer todo lo posible para saber lo que había ocurrido, en esa conversación el doctor Bluth se preguntó si los servicios de seguridad de esa época no se confundieron con respecto a mi nuera. Mi nuera es argentina, hija de español, y por eso esta denuncia también está radicada ante el juez Garzón en España

Pero su apellido, García Irureta Goyena es evidentemente uruguayo. Es hija de una Cassinelli, otro apellido muy conocido en Uruguay. El doctor Bluth se preguntaba si no habría existido una confusión, y añadió que el entonces mayor "Nino" Gavazzo, al que se le echa mucha tierra e hizo cosas horribles, sin embargo ("y algo de eso sé", dijo) tenía una especie de obsesión cuando iba a la Argentina y operaba: exigía potestad o autoridad sobre los uruguayos prisioneros en Orletti, y si bien participó de cosas horribles, decía: "De los uruguayos me encargo yo". Y así, por decirlo de algún modo, salvó algunas vidas. En esa conversación, el doctor Bluth me preguntó si mi nuera era uruguaya, le reiteré que no, y hasta ahí sabemos. No sabemos qué pasó después.

De modo que esa conversación terminó cuando me dijo, después de transmitirme las manifestaciones del presidente: "No deseo crearle expectativas, pero todo lo que podamos averiguar o no averiguar, o lo poco que podamos averiguar, se lo comunicaré enseguida".
 

EC - Hay que entender que la carta abierta que usted decide publicar ahora obedece al hecho de que no ha tenido ninguna respuesta de parte del doctor Bluth. Incluso cuando usted le llamó el 14 de julio y le dejó el mensaje tampoco tuvo contestación. ¿No dio ninguna señal desde entonces?
 

JG - No; ninguna señal desde entonces. Ya ha transcurrido un tiempo más que prudencial para que un jefe de Estado pueda realizar una investigación que, por otro lado, es simple. No es tan complicada: algunos de los protagonistas militares de esa época siguen ocupando puestos conspicuos, como el asesor del general Amado, hoy coronel Jorge Silva, entonces capitán... Perdón: me equivoqué: Jorge Silveira, no Silva. Me confundí con uno de los apodos que tenía Aníbal Gordon, que se hacía llamar "coronel Silva".
 

EC - Con este planteo público del tema, que viene a ocurrir a tres semanas de las elecciones uruguayas, ¿no corre el riesgo de cortar la posibilidad abierta a una indagatoria que llegara a desentrañar el destino de su nuera y de su nieto?
 

JG - Debo decirle dos cosas. La primera, que pienso que este silencio tan prolongado ya de algún modo había bloqueado la posibilidad de tener información de la Presidencia de la República.

En segundo lugar, quiero aclarar algo: no me guío por calendarios electorales. En los 23 años transcurridos desde aquellos hechos hubo muchas elecciones en nuestros países, han pasado diferentes gobiernos... El único calendario que me rige es el calendario del dolor. Del dolor que tenemos los familiares de los desaparecidos, del deseo de conocer la verdad de lo ocurrido.

El tema es que los familiares conocen una parte de la verdad, que es la desaparición, la pérdida de sus seres queridos. La otra parte de esta verdad la conocen los protagonistas de esa época. Y el hecho de conservar el monopolio sobre ese saber, que impide terminar el duelo a los familiares de los desaparecidos es prolongar la tortura, como acaba de establecer el juez británico que recientemente dio vía libre a la extradición de Pinochet. El silencio sobre el crimen (como la carta señala) lo prolonga.

No creo que se sepa mucho acerca de qué angustias, preguntas, dudas, padecen los familiares de los desaparecidos. Sé de una señora en Argentina, una madre, que durante 15 años, todas las noches, preparaba el plato de sopa caliente que su hijo solía tomar al volver del trabajo. Hay madres y padres que no han cambiado de lugar un solo mueble, ni un solo objeto, nada de la ropa, de la habitación de sus hijos, porque siguen esperando.

Estas son angustias, pesos que desde hace años soportamos. En mi caso en particular, deseo encontrar a mi nieta o nieto, que ya va a tener 23 años, no para arrancarlo de su ámbito familiar, donde creció, se desarrolló, probablemente es querido, sino porque él tiene derecho a su historia, como mi hijo tiene derecho a la suya, y como yo tengo derecho a la mía.
 

EC - Ayer, la producción de En Perspectiva realizó gestiones ante el doctor Elías Bluth, procurando tener su punto de vista en este mismo espacio, junto a esta entrevista con usted. La respuesta fue que no va a realizar declaraciones (no sé si por ahora o definitivamente), y por eso quiero preguntarle a usted si esta carta abierta ha tenido alguna repercusión del lado del gobierno uruguayo. ¿Ha recibido algún tipo de mensaje después de la carta?
 

JG - No; ninguna señal.
 

EC - ¿Qué se propone a partir de ahora, después de haber dado este paso?
 

JG - Seguir investigando por todos los medios a mi alcance, desde luego. Yo voy a cumplir 70 años; no creo que tenga mucho por delante. Deseo encontrar a ese nieto o esa nieta para cumplir con el único legado que me dejó mi hijo: encontrar al suyo.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón


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